Un Príncipe para las Orquestas
Las Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela son galardonadas en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en su edición de 2008.
(Foto Venancio Alcázares)
La noticia alegró a todo el mundo musical: las Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela fueron galardonadas en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en su edición de 2008.
El jurado otorgó a las Orquestas el galardón "por haber combinado, en un mismo proyecto, la máxima calidad artística y una profunda convicción ética aplicada a la mejora de la realidad social". Y no podía ser de otra manera: el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV), creado hace treinta años por el compositor y economista José Antonio Abreu, es un proyecto que ha logrado transformar la vida de más de 400 mil personas, en su mayoría niños y adolescentes que van de los 2 a los 25 años, mediante su integración en una red de 120 orquestas. Sin contar con la formación de otros miles de jóvenes a través de talleres en los que aprenden a construir y reparar instrumentos y programas especiales para chicos con discapacidades o dificultades de aprendizaje.
"El sistema creado por el maestro Abreu ha formado a directores e intérpretes del más alto nivel, a partir de una confianza audaz en el valor educativo de la música para la dignidad del ser humano", agregó en Oviedo José Lladó Fernández-Urrutia, presidente del Jurado.
No fueron las únicas loas. El heredero de la Corona de España, Felipe de Borbón, no tardó en expresar su "calurosa felicitación" al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela. En su nombre y en el de su esposa, Letizia Ortiz, el Príncipe destacó "la extraordinaria labor educativa" y la magnífica "oportunidad social y artística que ha brindado con un prometedor futuro profesional y humano a cientos de miles de jóvenes de su país y del mundo".
La alegría del maestro
Fue en la mañana cuando el maestro José Antonio Abreu se enteró de la noticia, que más tarde compartió con los medios de comunicación.
Abreu dijo sentirse reafirmado en su "compromiso de seguir adelante" por la infancia en Venezuela e Iberoamérica. "La Fundación Príncipe de Asturias puede abrigar la certeza" de que el premio "ha reafirmado hondamente en nuestro corazón el compromiso de seguir adelante con tenaz empeño al servicio de la infancia de Venezuela y de Iberoamérica".
En un comunicado que leyó ante la prensa, el compositor señaló asimismo que en nombre de las orquestas y coros quería reiterar a la Fundación la seguridad de su "entrañable afecto" y "gratitud".
El compositor y economista también dijo que el Premio otorgado hoy al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela es un "reconocimiento" al esfuerzo de los maestros que han impartido sus cursos y un "vigoroso estímulo" para que los jóvenes sigan avanzando.
"Desde el principio sabía que esto iba a tener un inmenso futuro", respondió el maestro a los preguntas de los periodistas.
Abreu defendió también que "la educación artística, lejos de constituir monopolio de élites, debe consolidarse como eminente derecho social de nuestros pueblos".
El fundador de las Orquestas destacó que el arte "se convierte en un poderoso instrumento de desarrollo social", mientras la sociedad adquiere "el compromiso de sostener el derecho a la educación artística" de niños y jóvenes, especialmente los de "bajos recursos".
Consideró que ese sistema "ha demostrado ser una herramienta eficaz" para el desarrollo social. "La pobreza material comienza a ser vencida" por "la riqueza espiritual", dijo para luego rematar que aún le quedan muchísimas fuerzas para continuar su labor. "Me siento apenas empezando. A escala histórica estamos apenas comenzando", agregó, además de abogar por "construir una Iberoamérica musical cada vez más creativa, más original, cada vez más dueña de su destino y más consciente de su extraordinaria misión histórica".
Ese es el nuevo sueño: construir la Orquesta Juvenil Iberoamericana como forma de "continuar no solamente sembrando en Venezuela y convertirlo en un eficaz proyecto de integración iberoamericana, sino para promover la hermandad de nuestros pueblos y el enriquecimiento del patrimonio artístico del continente, España y Portugal, que como estados miembros se solidarizan en una futura orquesta juvenil de Iberoamérica, que es un acuerdo formal de la Cumbre celebrada el año pasado en Santiago de Chile, y que será ratificado en San Salvador el próximo 30 octubre".
Abreu dedicó algunas palabras, por supuesto, a alabar las cualidades de las generaciones emergentes. Y en particular la "meteórica carrera de Gustavo Dudamel", de quien asegura es "la encarnación de esta generación que va asumir la conducción del proceso en los próximos años, para constatar el vigor y el nivel que desde el Sistema se está proyectando".
Palabras que el propio Dudamel agradecería más tarde a través de un comunicado. El director de la Filarmónica de Los Ángeles aseguró que el Premio Príncipe de Asturias de Las Artes supone un "gigantesco estímulo" para seguir luchando.
"Es un indescriptible honor recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2008", escribió Dudamel sin olvidar que el sistema es "fruto del ideal de un hombre de infinita alma como lo es el maestro José Antonio Abreu, quien hizo realidad este sueño palpable en el que la música puede salvar vidas rescatando las ilusiones de centenares de miles de niños y jóvenes".
Orgullo desde las aulas
Y mientras el maestro Abreu, Dudamel y el ojo del mundo entero estaba puesto en el premio, a las 3:00 de la tarde todavía los chicos del núcleo de Montalbán del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela no tenían conocimiento.
Al comunicarle a un grupo de jóvenes músicos sobre el reconocimiento, sus ojos brillaron como cuando tocan una pieza en un concierto. Sus caras de impresión borraron el hecho de haberse enterado tarde. "Nos sentimos orgullosos tanto del premio que se le dio al maestro Abreu como de éste", mencionaba uno de ellos, quien enfatizó que todo lo que se ha logrado a través de las Orquestas ha sido gracias al amor que el maestro les transmite para cultivar la música.
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